Si tus dispositivos (tarjeta gráfica, CPU) tienen overclocking, restablece su configuración por defecto.
Reinstala tus controladores gráficos (con opción de instalación limpia, si está disponible).
Cierra todas las aplicaciones innecesarias que estén ejecutándose en segundo plano antes de iniciar el juego.
Verifica la integridad de la caché del juego en Steam y desactiva la sincronización vertical en el archivo de configuración.
Si el problema persiste, prueba a reinstalar el juego.